lunes, 18 de abril de 2016

Cuento 2

 Cuento ROSAURA O LÁGRIMAS DE GIGANTE
perdonen las erratas, no lo he corregiso, es un BORRADOR, QUE GUARDABA POR AHÍ.
No hace mucho nos encontramos con Adriano que venía entusiasmado por lo que se había encontrado en los jardines del La Mota... Veníamos de la silla de " la Bruja" y de las veredas de zumaques que rodean los Tajos.
Nuestros paseos confluyeron en esa tierna mano, descubriendo un "gran hallazgo", junto a la fuente de La Mora.
_¿Qué es? -dijo Ángela.
-¡Adivinadlo! -dijo el nene, de ocho años, a sus pequeñas amigas.
- ¡Un dinero! -dijo Gema
-¡UNA LÁGRIMA DE GIGANTE! -iVaya! , Adriano , ¡qué buena suerte tendrás! -dije yo. "
-¿Por qué?
-Por lo que deseó Rosaura, la del cuento...
Y así fue como recordamos aquella historia que, si queréis, os cuento, como a mi me la contaron. Érase una vez una costurera y un labrador que  deseaban tener una criatura y por más que lo intentaban amándose con toda su pasión no lo conseguían y  llevaban ya más de diez años esperándole; pero nada, que no ni el nene o la nena  venía.
 Vivían junto al castillo de Alcalá la Real, en el cerro de éste pueblo que está allá por el sur de Jaén,y a tres cuartos de hora de Granada, yendo en coche.
Alimentaban su ilusión por tener un hijo haciendoprimores: coleccionando encantadoras maravillas para encandilar ojos infantiles; como: muñecas de trapo de cara bordada, vestiditos  ribeteados con puntillas y encajes, carrito y cunita balancín de madera, una silla alta para acercar al "peque" a compartir su humilde mesa., flautas de caña, cestillas de mimbre, pequeñas pleitas de esparto para quesos en miniatura, piedras fósiles de caracol de formas y colores caprichosos, cuencos de antigua alfarería tan chicos como pebeteros de canarios, además te podían sorprender unos simpaticones espantapájaros repartidos por los blancos y empedrados rincones de su andaluza casa : en el pasillo por donde cruzaban los animales hacia el corral, en el gallinero, en la azotea. Éstos espantapájaros, hechos con esmero y gracia, habían servido para cuidar los sabrosos productos de la huerta de la visita de los golosos pájaros y conejos. Uno ya con los brazos abiertos con una lata colgada entre las empajadas piernas, otro sentado con un  desbarajustado periódico como si leyera u otro como moza vestida de fiesta con cascabeles, farfolla y enaguas volanderas.
Tantos años de esperanza que ocurrió como si esas cosas, hechas con encanto, fuese el truco para que se cumplan los deseos y un buen día nació una linda nenita que con su color rosado y,  ¡atención!: con una sonrisa que deslumbraba de simpatía por lo que le llamaron: Rosaura.
Ya digo, Rosaura  despertaba una alegría especial, pues quien la trataba no sólo sonreía sino que también notaba que  una chispa de jovialidad le sacudía sus penas y tonterías y todo lo que hiciese en ese día resultaba fácil y  un trabajo bien hecho. Si era un guiso salía exquisito, si una siembra agarraban todas las semillas, si un zapato, vestido o tabique de obra de albañilería salían perfectos a la primera, dejando un gusto de satisfacción interior muy sabrosito y lindo ...
tanto que en los corros de mayores brotaban coplillas como "arrímate al querer que al alma hay que darle de beber"-decían algunos; otros se mostraban, sencillamente, amables,colaboradores y sonrientes.
La niña fue creciendo,  jugaba mucho con chicos y grandes del pueblo y alrededores, iba a la Escuela;hasta aquí normal; pero...a ver, ¿cómo os explico lo que le iba pasando a Rosaura?.
tanto que en los corros de mayores brotaban coplillas como "arrímate al querer que al alma hay que darle de beber"-decían algunos; otros se mostraban, sencillamente, amables,colaboradores y sonrientes.
La niña fue creciendo,  jugaba mucho con chicos y grandes del pueblo y alrededores, iba a la Escuela;hasta aquí normal; pero...a ver, ¿cómo os explico lo que le iba pasando a Rosaura?. Nadie sabe qué pudo ser lo que tanto y tan rápidamente le cambiaba: tal vez, ese pan con aceite, esos potajes, chorizos, sabrosas verduras y frutos de las tierra, tal vez ese cariño, esos juegos, esa sabiduría que cultivaban en la calle con los cuentos, coplillas, chascarrillos, el agua de las fuentes..., o,...qué  sé yo lo que pudo haber hecho crecer y crecer tanto y tan deprisa a Rosaura.
-"Es  más larga que un día sin pan" ,o  "- Es tan alta como la luna" ,
-comentaban los alcalainos,bromeando-.Su mamá no paraba de añadir cada día retales a su a su corto vestido y sus zapatos se convertían en sandalias de recortarles puntera y tacón; pero ya el zapatero le preparaba  unas albarcas de esparto atadas con cintas. Su padre se afanó en hacer  de albañil y carpintero, hasta que ya no pudo agrandar más las puertas pues Rosaura  se hacía chichones con los dinteles y hasta con el techo;  la cama no cabía ya en la habitación de tanto alargarla... era un problema, por lo que empezó el verano durmiendo bajo el techo de estrellas.
Sin embargo, ella se divertía mucho. Por ejemplo, con los niños cuando iba al Colegio:
"-Rosa, llévame en borombillos", "-Rosaura, méteme en tu bolsillo" y allá que iba ella cruzando en diez pasos el Llanillo con los nenes y nenas, sobre sus hombros, más contentos que en feria.
También iba a menudo a ayudar, como si fuese una grúa, a los canteros y albañiles que trabajaban  arriba en las murallas de La Mota.
A Rosaura el mundo le parecía de juguete, todo tan pequeñito y... ¡de verdad!.Le gustaba ver a sus padres y amigos como muñequitos vivos mirando por las ventanas, mientras ella sentada en el suelo se acoplaba fuera;, leyendo mucho, observando tras las ventanas; se iba a menudo a pasear entre olivos y montes acompañada de las fantasías que le inspiraba la melodía de su flautín . Rosaura ya no podía hablar, susurraba -por no dejar con sordera a alguien -; pero tenía agudizado el oido para acudir en cuanto le necesitara quien fuese con una contraseña: "Rosa no seas perezosa, ven, por favor ",pero eso sí, sin choteo!, no por capricho (aunque  a los niños y niñas más buenas amables les llevaba por los tajos y jugaban al escondite o se iban a bañar al nacimiento del río San Juan... Su vestido eran cosido y remendado por su madre cuando anochecía; quien ya no tenía llagas en carne viva, sino cayos y cueros como los zapateros en sus manos de empujar a la aguja. Aún así nunca olvidaba "el beso de Buenas Noches", allí junto a Fala a los pies de La Mota.
Los vecinos buscaron un remedio para que a Rosaura no le calara la rociada: echaron allí un carro de pajaseca, le pusieron un chambao y las agüeletas enganchaban, con su habilidosa aguja, cien mantas para hacerle una gran capa mientras contaban historias, chascarrillos, coplas y romances, sentadas "a la fresca" de las puertas de la calle.
-Con éstos paños no pasarás frío, Rosaura; "que en Alcalá en Otoño te puedes helar"
Todos días leía mucho y crecía más...
Aunque la vida cotidiana era armoniosa , alegre y tanto cariño y apoyo le brindaban todos; se daba cuenta que a sus padres y vecinos se les iba mucho tiempo y esfuerzo en ocuparse de ella.
Fíjaos que ya llegaban a traerle carretas de cántaras de leche, carretones de frutas o enormes bocadillos con aceite, tomate y salchichón (que es lo que más le gustaba). Rosa llegó a darse cuenta que no podía moverse mucho sin causar algún estropicio donde pusiese los pies... así que se quedó allá arriba en el cerro envuelta en su capa . Aunque de día le visitaban los niños con quienes jugaba y otras gentes de todos los lugares, que se sorprendían de tan gigantescas magnitudes y quedaban con la boca abierta.. Pero la noche negra era más grande que ella, sobre todo después del beso de sus padres, que le decían que les llamase si necesitaba algo pués dejaban la ventana abierta.  En esa inmensa oscuridad... sí le hacía temblar su soledad.
Un día, recién anochecido, vio una enorme" naranja" en el cielo... que le hizo soñar.
Y como en las leyendas decían que la Luna llena tiene poderes ocultos que hacen cumplir los deseos, ella navegó imaginándose más chiquitina que su perrilla Fala y flotaba soñando que la llevaba en brazos a la cama su papá; pero no quiso desperdiciar un detalle de ese momento y mientras se le iba tornando el color a la luna, intentaba definir claramente un gran, gran deseo; pero  -¿cómo decirlo?con esa soledad tiritona  que le calaba los huesos.

No pudo evitar llorar.
-¿Os podéis imaginar como lloraba?
! ! !Ay, ,lloraba a mares!!!.  Diluviante desconsuelo inocente salía de sus ojos, que parecía  derramarse en lágrimas por todas las penas de siglos de toda la historia de la humanidad.

Entre suspiros y charcos de llanto fue a sentarse en la torre del Homenaje, y levantando su mirada a la luna dijo así:

  • Lunita de plata,
  • solita como yo, 
  • Que mis lágrimas sean vida y
  • mi Ser, sólo Amor
  • Llévame contigo, por favor
-¿Sabéis qué pasó?
Vereis. La perrita ladraba, una flauta sonaba despertando a todos y...al compás ,hilos plateados iban de Rosaura a la Luna haciendo que se deshilachara y difuminara su enorme y tierno cuerpo. Aquellas saladas lágrimas de la niña dicen que son las que llenaron los veneros de las fuentes de La Mora, del Sacamoños, de los Álamos y Fuente Granada que bebemos hoy día en en Alcalá y que juntándose, sabeis hacen caudal ;los ríos y siguen buscando la mar.
Pero ¿creéis que el deseo de Rosaura se hizo realidad? (a ver qué dicen, recordar el deseo) Si el agua de sus lágrimas da y mantiene la vida, ¿dónde está el Ser convertido en Amor?. ¿Eso cómo puede ser? 

Puede que sí sea, porque hay mucha buena gente alcalaína que  vive con amor mientras lo da a otros, haciendo  los trabajos con primor y "contagia" el Ser de Rosaura, al menos con una linda sonrisa; como la que le quedó a Adriano cuando miró esa lágrima cuajada que tenía en ..su mano, estremecido por todo lo bueno que significa y dijo: -¡Yo Seré el mejor!

Los padres de Rosaura, simplemente le dejaron ir y tuvieron más hijos que supieron de su hermana, que no sabemos si fue una desgracia o una inspiración, de esos caprichos que tiene la madre naturaleza.

Que este cuento cuentes como yo te lo cuento.
"Y colorín colorao, quien deje el culo sentao, se le ha pegao."



Carmen Gallego Pasadas 11 de Diciembre 1999, Alcalá la Real. Emitido en Radio Local.

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