Cuento ROSAURA O LÁGRIMAS DE GIGANTE
perdonen las erratas, no lo he corregiso, es un BORRADOR, QUE GUARDABA POR AHÍ.
No hace mucho nos
encontramos con Adriano que venía entusiasmado por lo que se había encontrado
en los jardines del La Mota... Veníamos de la silla de " la Bruja" y
de las veredas de zumaques que rodean los Tajos.
Nuestros paseos confluyeron en
esa tierna mano, descubriendo un "gran hallazgo", junto a la fuente
de La Mora.
_¿Qué es? -dijo Ángela.
-¡Adivinadlo! -dijo el nene, de
ocho años, a sus pequeñas amigas.
- ¡Un dinero! -dijo Gema
-¡UNA LÁGRIMA DE GIGANTE! -iVaya!
, Adriano , ¡qué buena suerte tendrás! -dije yo. "
-¿Por qué?
-Por lo que deseó Rosaura, la del
cuento...
Y así fue como recordamos aquella
historia que, si queréis, os cuento, como a mi me la contaron. Érase una vez
una costurera y un labrador que deseaban
tener una criatura y por más que lo intentaban amándose con toda su pasión no
lo conseguían y llevaban ya más de diez
años esperándole; pero nada, que no ni el nene o la nena venía.
Vivían junto al castillo de Alcalá la Real, en
el cerro de éste pueblo que está allá por el sur de Jaén,y a tres cuartos de
hora de Granada, yendo en coche.
Alimentaban su ilusión por tener
un hijo haciendoprimores: coleccionando encantadoras maravillas para encandilar
ojos infantiles; como: muñecas de trapo de cara bordada, vestiditos ribeteados con puntillas y encajes, carrito y
cunita balancín de madera, una silla alta para acercar al "peque" a
compartir su humilde mesa., flautas de caña, cestillas de mimbre, pequeñas
pleitas de esparto para quesos en miniatura, piedras fósiles de caracol de
formas y colores caprichosos, cuencos de antigua alfarería tan chicos como
pebeteros de canarios, además te podían sorprender unos simpaticones
espantapájaros repartidos por los blancos y empedrados rincones de su andaluza
casa : en el pasillo por donde cruzaban los animales hacia el corral, en el
gallinero, en la azotea. Éstos espantapájaros, hechos con esmero y gracia,
habían servido para cuidar los sabrosos productos de la huerta de la visita de
los golosos pájaros y conejos. Uno ya con los brazos abiertos con una lata
colgada entre las empajadas piernas, otro sentado con un desbarajustado periódico como si leyera u
otro como moza vestida de fiesta con cascabeles, farfolla y enaguas volanderas.
Tantos años de esperanza que
ocurrió como si esas cosas, hechas con encanto, fuese el truco para que se
cumplan los deseos y un buen día nació una linda nenita que con su color rosado
y, ¡atención!: con una sonrisa que
deslumbraba de simpatía por lo que le llamaron: Rosaura.
Ya digo, Rosaura despertaba una alegría especial, pues quien
la trataba no sólo sonreía sino que también notaba que una chispa de jovialidad le sacudía sus penas
y tonterías y todo lo que hiciese en ese día resultaba fácil y un trabajo bien hecho. Si era un guiso salía
exquisito, si una siembra agarraban todas las semillas, si un zapato, vestido o
tabique de obra de albañilería salían perfectos a la primera, dejando un gusto
de satisfacción interior muy sabrosito y lindo ...
tanto que en los corros de
mayores brotaban coplillas como "arrímate al querer que al alma hay que
darle de beber"-decían algunos; otros se mostraban, sencillamente,
amables,colaboradores y sonrientes.
La niña fue creciendo, jugaba mucho con chicos y grandes del pueblo
y alrededores, iba a la Escuela;hasta aquí normal; pero...a ver, ¿cómo os
explico lo que le iba pasando a Rosaura?.
tanto que en los corros de
mayores brotaban coplillas como "arrímate al querer que al alma hay que
darle de beber"-decían algunos; otros se mostraban, sencillamente,
amables,colaboradores y sonrientes.
La niña fue creciendo, jugaba mucho con chicos y grandes del pueblo
y alrededores, iba a la Escuela;hasta aquí normal; pero...a ver, ¿cómo os
explico lo que le iba pasando a Rosaura?. Nadie sabe qué pudo ser lo que tanto
y tan rápidamente le cambiaba: tal vez, ese pan con aceite, esos potajes,
chorizos, sabrosas verduras y frutos de las tierra, tal vez ese cariño, esos
juegos, esa sabiduría que cultivaban en la calle con los cuentos, coplillas,
chascarrillos, el agua de las fuentes..., o,...qué sé yo lo que pudo haber hecho crecer y crecer
tanto y tan deprisa a Rosaura.
-"Es más larga que un día sin pan" ,o "- Es tan alta como la luna" ,
-comentaban los
alcalainos,bromeando-.Su mamá no paraba de añadir cada día retales a su a su
corto vestido y sus zapatos se convertían en sandalias de recortarles puntera y
tacón; pero ya el zapatero le preparaba
unas albarcas de esparto atadas con cintas. Su padre se afanó en
hacer de albañil y carpintero, hasta que
ya no pudo agrandar más las puertas pues Rosaura se hacía chichones con los dinteles y hasta
con el techo; la cama no cabía ya en la
habitación de tanto alargarla... era un problema, por lo que empezó el verano
durmiendo bajo el techo de estrellas.
Sin embargo, ella se divertía
mucho. Por ejemplo, con los niños cuando iba al Colegio:
"-Rosa, llévame en
borombillos", "-Rosaura, méteme en tu bolsillo" y allá que iba
ella cruzando en diez pasos el Llanillo con los nenes y nenas, sobre sus
hombros, más contentos que en feria.
También iba a menudo a ayudar,
como si fuese una grúa, a los canteros y albañiles que trabajaban arriba en las murallas de La Mota.
A Rosaura el mundo le parecía de
juguete, todo tan pequeñito y... ¡de verdad!.Le gustaba ver a sus padres y
amigos como muñequitos vivos mirando por las ventanas, mientras ella sentada en
el suelo se acoplaba fuera;, leyendo mucho, observando tras las ventanas; se
iba a menudo a pasear entre olivos y montes acompañada de las fantasías que le
inspiraba la melodía de su flautín . Rosaura ya no podía hablar, susurraba -por
no dejar con sordera a alguien -; pero tenía agudizado el oido para acudir en
cuanto le necesitara quien fuese con una contraseña: "Rosa no seas
perezosa, ven, por favor ",pero eso sí, sin choteo!, no por capricho
(aunque a los niños y niñas más buenas
amables les llevaba por los tajos y jugaban al escondite o se iban a bañar al
nacimiento del río San Juan... Su vestido eran cosido y remendado por su madre
cuando anochecía; quien ya no tenía llagas en carne viva, sino cayos y cueros
como los zapateros en sus manos de empujar a la aguja. Aún así nunca olvidaba
"el beso de Buenas Noches", allí junto a Fala a los pies de La Mota.
Los vecinos buscaron un remedio
para que a Rosaura no le calara la rociada: echaron allí un carro de pajaseca,
le pusieron un chambao y las agüeletas enganchaban, con su habilidosa aguja,
cien mantas para hacerle una gran capa mientras contaban historias,
chascarrillos, coplas y romances, sentadas "a la fresca" de las
puertas de la calle.
-Con éstos paños no pasarás frío,
Rosaura; "que en Alcalá en Otoño te puedes helar"
Todos días leía mucho y crecía
más...
Aunque la vida cotidiana era
armoniosa , alegre y tanto cariño y apoyo le brindaban todos; se daba cuenta
que a sus padres y vecinos se les iba mucho tiempo y esfuerzo en ocuparse de
ella.
Fíjaos que ya llegaban a traerle
carretas de cántaras de leche, carretones de frutas o enormes bocadillos con
aceite, tomate y salchichón (que es lo que más le gustaba). Rosa llegó a darse
cuenta que no podía moverse mucho sin causar algún estropicio donde pusiese los
pies... así que se quedó allá arriba en el cerro envuelta en su capa . Aunque
de día le visitaban los niños con quienes jugaba y otras gentes de todos los
lugares, que se sorprendían de tan gigantescas magnitudes y quedaban con la
boca abierta.. Pero la noche negra era más grande que ella, sobre todo después
del beso de sus padres, que le decían que les llamase si necesitaba algo pués
dejaban la ventana abierta. En esa
inmensa oscuridad... sí le hacía temblar su soledad.
Un día, recién anochecido, vio
una enorme" naranja" en el cielo... que le hizo soñar.
Y como en las leyendas decían que
la Luna llena tiene poderes ocultos que hacen cumplir los deseos, ella navegó
imaginándose más chiquitina que su perrilla Fala y flotaba soñando que la
llevaba en brazos a la cama su papá; pero no quiso desperdiciar un detalle de
ese momento y mientras se le iba tornando el color a la luna, intentaba definir
claramente un gran, gran deseo; pero
-¿cómo decirlo?con esa soledad tiritona
que le calaba los huesos.
No pudo evitar llorar.
-¿Os podéis imaginar como
lloraba?
! ! !Ay, ,lloraba a
mares!!!. Diluviante desconsuelo
inocente salía de sus ojos, que parecía
derramarse en lágrimas por todas las penas de siglos de toda la historia
de la humanidad.
Entre suspiros y charcos de
llanto fue a sentarse en la torre del Homenaje, y levantando su mirada a la luna
dijo así:
- Lunita de plata,
- solita como yo,
- Que mis lágrimas sean vida y
- mi Ser, sólo Amor
- Llévame contigo, por favor
-¿Sabéis qué pasó?
Vereis. La perrita ladraba, una
flauta sonaba despertando a todos y...al compás ,hilos plateados iban de
Rosaura a la Luna haciendo que se deshilachara y difuminara su enorme y tierno
cuerpo. Aquellas saladas lágrimas de la niña dicen que son las que llenaron los
veneros de las fuentes de La Mora, del Sacamoños, de los Álamos y Fuente
Granada que bebemos hoy día en en Alcalá y que juntándose, sabeis hacen caudal ;los
ríos y siguen buscando la mar.
Pero ¿creéis que el deseo de
Rosaura se hizo realidad? (a ver qué dicen, recordar el deseo) Si el agua de
sus lágrimas da y mantiene la vida, ¿dónde está el Ser convertido en Amor?.
¿Eso cómo puede ser?
Puede que sí sea, porque hay
mucha buena gente alcalaína que vive con
amor mientras lo da a otros, haciendo
los trabajos con primor y "contagia" el Ser de Rosaura, al menos
con una linda sonrisa; como la que le quedó a Adriano cuando miró esa lágrima
cuajada que tenía en ..su mano, estremecido por todo lo bueno que significa y
dijo: -¡Yo Seré el mejor!
Los padres de Rosaura,
simplemente le dejaron ir y tuvieron más hijos que supieron de su hermana, que
no sabemos si fue una desgracia o una inspiración, de esos caprichos que tiene
la madre naturaleza.
Que este cuento cuentes como yo
te lo cuento.
"Y colorín colorao, quien
deje el culo sentao, se le ha pegao."
Carmen Gallego Pasadas 11 de
Diciembre 1999, Alcalá la Real. Emitido en Radio Local.
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